domingo, 8 de abril de 2007

Preguntas desde el exterior, respuestas desde el interior.


Una de las preguntas más frecuentes del curioso o escéptico con la que me suelo encontrar es: "¿Si formulo la misma pregunta, volverán a salir las mismas cartas?"...
Hay dos posibles respuestas para esta pregunta que viene desde el plano de la mente, no del corazón...
A la mente no le gusta perder, y esta pregunta viene de la parte "lista" o "pícara" del que la formula. Tras esta pregunta hay una creencia que dice "Verás, ahora verás como soy más listo que tu...". Mi respuesta, contestando al pícaro o al escéptico, es que las 78 cartas del Tarot son imágenes atemporales de nuestra alma, y aquellas que salen, pues no se echan las 78, solo se seleccionan un número de ellas según el tipo de tirada a usar, son aquellas que precisas ver y oír para responder a tu pregunta. Mi pregunta es: ¿Cuantas veces si vas a un restaurante pides la comida?, ¿Cuantas veces si vas a un comercio le dices al dependiente lo que necesitas? Uno no repite las cosas, simplemente hace su pedido y confía en que le atenderán. Ah, ahora dirás, "no, ahora voy a formular la pregunta de la siguiente forma..." Pues mi respuesta es que pierdes el tiempo y haces perder el tiempo a quien te lea las cartas, por la sencilla razón de que no tienes una visión de ayuda del Tarot, sino una visión de entretenimiento o de "pasar el rato". Entonces, o no has dado con profesionales responsables del Tarot, o no has pagado nunca por una consulta, porque, cuando se paga un precio por algo, en este caso, por una consulta de Tarot, el consultante no está por tonterías, tiene una demanda y quiere que sea atendida, y te aseguro, que va a escuchar con mucho interés.
También puede darse una segunda circunstancia. En una época en que me consultaba con cierta frecuencia al Tarot, recuerdo que vivía un momento delicado, todas las preguntas giraban en torno al mismo asunto, formuladas de distinta manera pero el fondo de la cuestión era el mismo...La tarotista con gran acierto me dijo que no insistiera más, que dejara pasar un tiempo para ver una posible evolución, pero que tal como era mi presente, así contestaban las cartas...Cuando nos viene una persona ofuscada y deseando desesperadamente una solución que es la que ella desea pero que seguramente no es la que de verdad necesita, necesitamos tener paciencia, compasión, y rogar a nuestro guía para que podamos comunicarle de la forma más acertada posible lo que tiene que oír. Después hay que dejar que esa información haga su proceso dentro de la persona, no nos corresponde a nosotros hacer nada más, excepto confiar en la Inteligencia Divina que actúa allí donde es necesaria en el momento adecuado.
El Tarot es amoroso, delicado, bello, sensible, útil, compasivo, cambiante como la luz del día, todos los tonos, todos los colores caben en el...

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