jueves, 1 de noviembre de 2007

Día de los difuntos o Halloween


Cada vez me siento más atraída por la cultura celta. Ellos expresaban a través de su religión pagana (wicca), el profundo respeto que sentían y sienten hacia la madre naturaleza, y a través de rituales, dioses, cuentos, encontraban el lenguaje metafórico que les permitía acercarse a lo divino y extraordinario de lo que sucedía a su alrededor.
He decidido profundizar en ella e ir narrando aquí mis experiencias y pensamientos con una nueva sección.
Al vivir en un pueblo cuya principal actividad es la agricultura, el cultivo del olivo y la almendra,desde hace algunos años he sido más sensible al cambio de estaciones. Observo el cambio que se produce en la luz, los colores, los campos, los frutos en el mercado, y como tu propio cuerpo pide determinados alimentos en cada estación, y esto en una ciudad no me ocurría o digamos que no estaba alerta a este proceso.
Cada vez me gusta más la palabra bruja, la encuentro todo un piropo para quien ansía hacer de su vida un arte, eso significa para mi.
Estos días finales de octubre y ya hoy primero de noviembre los celtas o wiccanos celebran uno de los ocho sabbats, el llamado SAMHAIN.
Todas las tradiciones religiosas tienen calendarios sagrados que contienen días de poder, o fechas asociadas con divinidades. En la wicca existen 21 rituales, 13 corresponden a las celebraciones de la luna llena y 8 son festividades solares llamados Sabbats.
De estos últimos, Samhain indica el final de año para los wiccanos, decimos adios al padre Sol, que regresa a la matriz de la Diosa para renacer más adelante. Representa el ritual de la última cosecha, la recolección de hortalizas y tubérculos. Es el momento de "hacer limpieza" de aquellas cosas que deseamos liberarnos. Es un tiempo de reflexión, de mirar hacia atrás, de contemplar los acontecimientos vividos y lo que nos han enseñado, y de intentar adaptarnos a nuestros propios cambios a través del proceso de las muertes que hemos tenido, sean físicas, cosas, situaciones, amistades, recordando a nuestros ancestros, honrando su memoria y sobre todo lo que significaron su presencia en nuestras vidas. Es un momento mágico, en el que el velo entre este mundo y el otro es especialmente fino, o sensible, pues nuestras energías están más dispuestas a la apertura.
Creo que para recordar a nuestros difuntos o ancestros que nos precedieron, hay que hacer una sencilla reflexión. Su energía sigue viva, pero de otra manera, podemos entonces recurrir a su esencia, no con nombres y apellidos, pues ese fue el uniforme que utilizaron en esta vida, sino a lo que representan como energías, las cualidades que recordamos, lo que nos enseñaron y permitir su propia evolución en otros planos de la misma forma que queremos evolucionar nosotros. Yo no honro a los muertos, la muerte es un paso, yo honro las diferentes formas de vida que hay.
Un sencillo ritual es prender durante el día de hoy y mañana una vela de color lila y otra blanca. Escribimos en un papel nuestros cambios o muertes acontecidos hasta la fecha y rememoramos aquellos seres que se fueron con mucho amor. Les pedimos entonces luz, guía y protección en nuestro caminar diario, no existe mejor oración que el agradecimiento y si simplemente queréis dar las gracias, ya está bien.
Estaría bien llevar un pequeño diario donde anotar sensaciones, sueños, intuiciones que tengáis a partir de ahora, pues hemos abierto una puerta de acceso a nuestro conocimiento interior y de comunicación con los maestros que nos protegen.

No hay comentarios: