En estas emotivas fiestas se mueven muchos sentimientos y emociones. A menudo escucho comentarios contradictorios, personas que expresan lo mucho que disfrutan en esta época y otras en cambio, las rehuyen y no les gusta nada. No he conocido a nadie hasta ahora que se sienta indiferente ante estas celebraciones.
Reuniones con familia y amigos, pensar en el regalo ideal y ajustarlo a un presupuesto, la comida que tiene tanto significado emocional y la bebida, metáfora del espíritu, forman un caleidoscopio emocional que no creo que deje a nadie frío, tanto por exceso de lo aquí expuesto como por defecto.
Muchos piensan y creen firmemente que la Navidad es un invento comercial para consumir. Es posible, en el mundo hay lugar para todo tipo de expresión y sobra sitio para lo aún no imaginado. Pero lo que a mi me resuena es la oportunidad que se nos ofrece para reflexionar sobre las relaciones, los buenos deseos, la ocasión sin precio del regalo, y esa magia especial que flota en el ambiente y que no es invento de ningún gran almacén sino que lo siento en mi corazón.
Para todos los que participáis de esta web, mi sincero deseo de mejora en vuestras vidas.
Mi deseo:
"Hoy enciendo una vela por ti y por mi,
una luz que me recuerde lo hermoso que eres,
una luz que me refleje , lo hermosa que soy.
Un pensamiento brillante, que te envuelva
como el bonito papel de regalo,
para que ambos nos sintamos sorprendidos al encontrarnos.
Una luz que perdure en nuestros corazones,
para que aún en la circunstancia más adversa,
veamos la salida.
Grabadas con mis pensamientos más elevados,
hoy prendo estas velas, por ti y por mi.".
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