En esta nueva sección narraremos historias de la mitología griega comparándola con un Arcano Mayor en cada caso.
Comenzamos pues con El Loco, que nos habla del Dios Dionisos, que significa el que nació dos veces.
Dionisos era hijo de Zeus, rey de todos los dioses del olimpo, y Semele, una bella mortal princesa de la entonces ciudad de Tebas. Hera, esposa de Zeus, estaba muerta de celos e ideó una trama, se disfrazó de niñera y susurró a Semele que tenía que probar la devoción de su amado, pidiendo a Zeus que le manifestara con todo su poder. Zeus, que había prometido a Semele darle todo lo que pidiera, no tuvo más remedio que representar toda su gloria en forma de rayo y trueno, (así se presentaba siempre al dios Zeus), por lo cual Semele quedó fulminada. Pero Zeus logró salvar al niño que iba a nacer. Hermes, (Mercurio en la mitología romana), mensajero de los dioses y protector de la magia, cosió el feto en el muslo de Zeus, y así nació Dionisos.
No termina aquí la venganza de Hera, que seguía persiguiendo al extraño niño con cuernos, para lograr su destrucción. Ordenó a los titanes que lo despedazaran, pero Zeus logró rescatar el corazón del pequeño y lo convirtió en semillas de granada, con las cuales hizo una pócima y se la dió a beber a Perséfone que estaba raptada en el mundo subterráneo por Hades. Así Perséfone quedó embarazada y Dionisos volvió a nacer en el mundo subterráneo. Por esto se llamó Dionisos Yaco, el Nacido Dos Veces.
Hera, aún no contenta, le hirió con la locura, y el vagó por el mundo acompañado de los sátiros silvestres, muchachas y animales. El fué quien le dió a la humanidad el vino, dándoles el tesoro de la inspiración y el éxtasis de la ebriedad y la redención espiritual para aquellos que estaban dispuestos a renunciar a los apegos a lo mundano y lo material. De vez en cuando, su padre Zeus lo elevaba al Olimpo sentándolo a su derecha.
Creo que esta bella historia de amor y de lucha por la vida, es una metáfora clarísima de aquello que sentó Einstein en una de sus famosas frases "La materia ni se crea ni se destruye, solo se transforma". A través de este relato, Dionisos sufre diversas transformaciones, pero su esencia sigue estando intacta, que es el alma. También me llama la atención como el afán de supervivencia es innato a la vida, y como buscamos el contacto con lo divino a través de medios como son el vino y sustancias en la actualidad artificiales pero que parten de la naturaleza. No en vano dice un dicho que "los locos, los borrachos y los niños son los que dicen la verdad", y estos tres arquetipos se representan a la perfección en la carta de El Loco. Cuidado, no estoy diciendo que debamos de buscar esos medios para lograrlos, al contrario, creo que si estamos en contacto permanente con nuestra alma, es decir, no negar su existencia y honrarla como se merece, podremos relacionarnos con la vida de una forma sana y sin dependencias.
Gracias por vuestra dedicación a esta lectura.
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