sábado, 18 de abril de 2009

Meditación guiada


Esta meditación es útil cuando deseamos iniciar un nuevo camino en nuestra vida y queremos encontrar respuestas o mejorar nuestra comprensión.
Después de entrar en silencio a través de la respiración consciente, hacemos la siguiente visualización:
"Estamos en el campo y la sensación es muy agradable. Es una mañana de primavera, hace buena temperatura y estamos solos con la madre naturaleza. De repente, por el camino que vamos, encontramos en el suelo a tierra unas escaleras que descienden. Ignoramos donde conducen pero comenzamos a bajar por ellas. Hay siete escalones, y al llegar al final, en la incipiente oscuridad, en un lugar estrecho, hay una puerta. No hay otro camino, o abrimos la puerta o volvemos a subir...Nos puede la curiosidad, así que la abrimos lentamente y con intriga. Al principio no vemos nada, pero poco a poco nuestros ojos se van haciendo a la luz de ambiente, y lo que vemos allí nos fascina. En una sala construida sobre las rocas, hay un gran tesoro, minerales preciosos, joyas, y la luz que vemos en la sala es la que ellos desprenden. No nos atrevemos a tocar nada, hay oro, diamantes, joyas engarzadas, cuarzos transparentes, rosas, turquesas, amatistas, jade...nos parece que del oro sale un hermoso resplandor que calienta...Poco a poco nos hemos ido adentrando en aquella sala y nos sorprende ver al fondo del todo, una dama que está sentada casi en penumbra. Nos mira, y sin pronunciar palabra, se comunica con nosotros. Tiene un libro en su regazo, y entre tanto tesoro, apenas está adornada. Su belleza es enigmática y austera. Con su mano, nos enseña la página del libro donde está escrito nuestro nombre. Nos dice que somos invitados privilegiados y que podemos formular una pregunta que nos inquiete, algo que queramos saber o resolver. Este es el momento en el que podemos revelar nuestro tema. Ella nos contesta que muy pronto vamos a tener la respuesta, que estemos atento a otras formas de comunicación pues podemos recibirla de forma sorprendente. Nos pide que nos acerquemos a ella. Al hacerlo, podemos ver un rostro sin edad, por momentos es extrañamente joven y en otros, se convierte en anciana. Su dedo índice se queda a escasos centímetros de nuestra frente. De el sale una luz violeta. Podemos sentir cierto calor y vivimos intensamente ese momento.
Algo nos es revelado. Por último, nos pide que cojamos un solo mineral o una joya de la sala que nos halla llamado la atención. Nos despedimos con agradecimiento y lo cogemos. Salimos de allí y antes de salir, volvemos la vista atrás. Ya no hay nada. Todo se ha esfumado. Pero es real, el mineral está en nuestras manos...Subimos las escaleras y de regreso en el campo, parece que el tiempo se ha detenido. Miramos en el suelo. Ya no hay nada que nos sugiera que estuvimos allí...
Salimos de la meditación con la consciencia que pronto nuestra problemática personal va a ser resuelta.
Aconsejo practicar esta meditación, en luna menguante, y siempre días impares, o durante 1 día, 3 días, 5 días, etc. Sugiero vela de color violeta, o azul oscuro, o plata, y/ o como mineral, la amatista.

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